Justine Dupont
“No me gusta hablar de récords mundiales de ola grande, solo quiero batir mi propio récord, y luego ya se verá. Pero no solo busco surfear la ola más grande, quiero surfear mejor, encontrar mejores líneas, en tow-in y en remada.”
Podéis leer la entrevista completa, y en versión original, pulsando AQUÍ.
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Me había clasificado para la final de Jaws con una de las puntuaciones más altas del campeonato. Acababa de coger una ola cuando una serie enorme se elevó sobre el horizonte. Estaba en la "zona de impacto", fuera del alcance de los equipos de seguridad. Aunque lo hubiesen intentado, las motos de agua no me hubiesen podido sacar de allí. Así que mi única opción era prepararme para esa situación que esperas que nunca ocurra, pero para la que llevabas tanto tiempo entrenando.
Desde donde estaba podía escuchar a todo el mundo gritar desde los barcos. Yo remaba con todas mis fuerzas, aunque sabía que no iba a ser suficiente para poder librarme. Normalmente me entra la risa en este tipo de situaciones, pero esta vez no tenía ninguna gracia. Entonces la ola me golpeó.
Nunca había sentido tanta violencia bajo el agua. Afortunadamente, mi invento se rompió antes de que la tabla pudiera destrozarme la rodilla. Sufrí una hiperextensión bajo el agua, dislocándose el hombro y la rodilla, lo que me dejó prácticamente inmóvil. Era incapaz de mover mis piernas y mis brazos para salir hacia la superficie. Bajo el agua fui consciente de que el campeonato se había terminado para mí.
Cuando llegué a la superficie, veía las estrellas. Entonces me golpeó la siguiente ola.
Antes de volver a hundirme, me decía a mí misma: "Toma aire, mantén la calma". Con sólo un brazo y una pierna activas, fue muy complicado subirme al trineo de la moto de agua. Cuando llegué al bote de seguridad vi a Fred, mi novio. Me miró y me dijo: 'Estás bien. Relájate'. Por su tono de voz me di cuenta que no estaba bien.