Muy de Tito
Era Navidad y me pasé por el taller para hacerle un regalo: una botella de vino.
Hasta ahí todo normal, “¡qué muchas gracias!”, “¡qué no hacía falta!”...
No habían pasado ni cinco minutos y apareció alguien, no me acuerdo quién.
-“Hola, tengo un regalo para ti”, – y le dio la botella de vino que le acababa de regalar –.
No digo nada y esta persona se marchó encantada con una botella de vino bajo el brazo.
Pasados unos segundos le digo que le acababa de regalar esa botella para él y su contestación fue MUY DE TITO: “¿Me la has regalado? ¿Es mía? Pues puedo hacer con ella lo que quiera y quise regalarsela a ese. ¿Algo más?”. Ahí se acabó esa conversación y seguimos con la que teníamos.